ESCUELA DE OFICIALES DE LA POLICIA
NACIONAL DEL PERU
INFORME DE LECTURA N°01
LÓGICA
Caso: “El
asesinato de Silvia Myriam Fefer Salleres”
APELLIDOS Y NOMBRES: Laura Castro Juan Carlos
Año: C1-EO PNP
Sección: “A” N° de Orden: 23 Fecha: 06/10/2013
Catedrático: Mg. Dante Arturo Hurtado Zaravia
I.- PRESENTACIÓN DEL CASO:
Myriam
tenía dos hijos y tres perros malteses. Uno de los canes era suyo, el otro de
Eva y el tercero pertenecía a su hijo, Ariel. Según una allegada a la familia,
Myriam siempre dormía con los tres malteses en su habitación, localizada en el
primer piso de la casa. Curiosamente justo el día de su muerte, sus hijos se
llevaron a los perros para que pasaran la noche con ellos, en el segundo piso.
Según los peritos de criminalística la víctima se defendió, ya que su
dormitorio estaba revuelto. Tenía moretones, las uñas rotas y llevaba el ADN de
su agresor en ellas. La puerta no fue forzada. Los ocupantes dicen no haber
escuchado nada. Dicen que los perros no ladraron. Aún hoy, tres años después
del crimen, muchos cabos siguen sueltos. Las hipótesis que parecen ciertas no
son probadas, los perros asesinos siguen sin ladrar.
“No quiero declarar, es algo privado, es como si yo te preguntara a quien te tiraste”, contesta Eva Bracamonte Fefer desde el intercomunicador de la casa en la que su madre fue asesinada. A Eva no necesitamos preguntarle a quien se tira y menos aún donde lo hace. Según una fuente, Eva duerme con Liliana Castro Mannirelli en el mismo cuarto y la misma cama que fueron de su madre. Liliana se mudó al 219 de Paul Harris (en San Isidro) un día después de que Myriam murió. Liliana es ex futbolista de la San Martin y hoy gerente general de Sideral, la empresa de la que hoy Eva es accionista mayoritaria. “La señora y Eva siempre se llevaron mal, pero cuando ella se enteró que su hija era lesbiana la cosa se volvió terrible. Eso ocurrió semanas después de que la chica (Eva) regresara de Israel, donde fue mandada por su madre”, precisa la fuente quien además fue a trabajar en la casa de los Fefer el mismo día del asesinato. “Después de que me llamaron a declarar a la Dinincri, Eva me preguntó si a mi también me habían calateado. A ella se lo hicieron porque querían ver si tenía arañones o algo así. Cuando declaré, mi primo que es abogado me ayudó. Eva me pidió su número y lo llamó para preguntarle sobre mi declaración y dijo que estaba interesada en saber sobre el proceso”.
15 de agosto del 2006; 6:30 am. Simón Huarcaya, mayordomo de la familia entra a la habitación. Sylvia Myriam Fefer Salleres se encuentra tendida en posición de cubito dorsal en el piso de su cuarto. Myriam tiene 51 años, las uñas pintadas de rojo y el polo manchado de sangre. Myriam ha sido ahorcada en la madrugada con un cable de computadora. Labios amoratados, restos de sangre en sus uñas destrozadas. El personaje que depósito su ADN en ellas sigue sin ser confirmado, a pesar de las pruebas que apuntan al culpable.
Hugo Trujillo Ospina ingresó en agosto del 2006 al país utilizando el nombre de su hermano, David. El delincuente que cumple prisión en Salta, Argentina, se ufanó frente a sus compañeros carcelarios, el haber asesinado por encargo a una multimillonaria peruana. Según se afirma en el reportaje de febrero del presente año del programa “Cuarto Poder”, primero la policía pensó que se trataba de un “rata”, pero luego la suegra de Trujillo le contó a la policía la misma historia que el “presioso” y dijo además que la mujer asesinada se apellidaría Fefer y que la asesina intelectual habría sido la hija de la víctima, Eva. La mujer afirmó poseer los mails que se mandaban Trujillo y Bracamonte Fefer. La puerta de la casa no fue forzada, por lo tanto, según la policía, Myriam le abrió la puerta al asesino porque lo conocía o talvez uno de los ocupantes del inmueble lo hizo. Talvez fue Eva, talvez fue Ariel, talvez fueron los dos. Igual los perros no ladraron.
El móvil del crimen sería, según la prensa, una suculenta herencia del padre de Myriam, Enrique Fefer. La herencia ascendía a 2 millones 678,000 soles Y estaba conformada por algunos inmuebles, la casa de Paul Harris y las empresas inmobiliarias Sideral y Cosmos. Los cinco hijos de Enrique Fefer (incluida Myriam) estaban en disputa por la sangrienta herencia. A ellos les correspondía dos tercios de esta. El tercio de libre disponibilidad había sido puesto en manos de la hija predilecta de don Enrique, Myriam, pero luego este decidió quitárselo y ponerlo en nombre de su nieta, Eva. La prensa dice que este sospechaba que Myriam en combinación con su madre habían querido asesinarlo. Estaba acordado que luego de cumplir los 18 años, Eva le devolvería a su madre el porcentaje que tenía de la herencia. Myriam murió un día antes de la fecha en la que (según lo acordado) Eva trasferiría este dinero de nuevo a su madre.
Eva la del nombre bíblico, la que robo la manzana, la que en este caso pudo haber matado por ella. Eva es según la policía y la prensa, la principal sospechosa. Pero ¿Dónde queda Ariel en esta historia? Ariel Bracamonte Fefer fue echado de su casa por su hermana poco tiempo después de la muerte de Myriam. Según una fuente, Ariel adoraba a su madre. Según sus declaraciones a Cuarto Poder, él dice ya no confiar ni en su hermana ni en nadie y deja entrever que cree que ella es la culpable. Ariel se parece a su hermana. A ambos les cambio la vida luego de la muerte de su madre, ambos declararon a la prensa luego de que falleció, ambos son (según su entorno afirma) homosexuales, ninguno de ellos dice haber escuchado los gritos de su madre al ser asesinada. Ariel podría haber apoyado a su hermana en el crimen y luego haber ser echado por ella cuando no le servía en sus planes.
Con los últimos indicios (aunque no tan últimos ya que fueron publicados por la prensa en febrero de este año) varios nombres se han desdibujado de la lista de posibles implicados. Entre ellos estaban los cuatro medios hermanos de Myriam, cuyo móvil sería la disputa por la manzana de la discordia que luego se llevó y se comió Eva, quien sigue viviendo en su Edén. Otro sospechosos era Pinkas Flint, el abogado y supuesto blanco del amor obsesivo de la difunta ya que en su amplio walking closset se encontró un altar con objetos de hechicería y la foto del susodicho. El padre de Eva y Ariel y uno que otro amante ocasional de la Fefer también han perdido protagonismo en la lista de los presuntos asesinos.
La policía peruana afirma que siempre se sospechó de la joven. Pero la policia tardó bastante en actuar. “Todo funciona o deja de funcionar por la plata”, afirma un serenazgo de la zona. En la Paul Harris todos dicen no saber nada del tema, mientras desvían sus miradas con ojos asustados. El hombre que custodia la calle desde una caseta niega saber que en esa casa hubo un asesinato. Eva sigue libre hablando desde su intercomunicador a quien le pregunte del caso, sin negar nada, sin aceptar nada. Eva sigue sin ser procesada, las pruebas de ADN de Trujillo Ospina que confirmarían que el fue el asesino siguen sin llegar. Perros ansiosos, perros ambiciosos que tal vez mataron por herencias, por pagos, por envidias, que se metieron con los de su mismo sexo. Perros que tal vez mordieron a los suyos, perros que ocultan, que callan, que mienten. Perros a los que aún hoy no se les escucha ladrar.
“No quiero declarar, es algo privado, es como si yo te preguntara a quien te tiraste”, contesta Eva Bracamonte Fefer desde el intercomunicador de la casa en la que su madre fue asesinada. A Eva no necesitamos preguntarle a quien se tira y menos aún donde lo hace. Según una fuente, Eva duerme con Liliana Castro Mannirelli en el mismo cuarto y la misma cama que fueron de su madre. Liliana se mudó al 219 de Paul Harris (en San Isidro) un día después de que Myriam murió. Liliana es ex futbolista de la San Martin y hoy gerente general de Sideral, la empresa de la que hoy Eva es accionista mayoritaria. “La señora y Eva siempre se llevaron mal, pero cuando ella se enteró que su hija era lesbiana la cosa se volvió terrible. Eso ocurrió semanas después de que la chica (Eva) regresara de Israel, donde fue mandada por su madre”, precisa la fuente quien además fue a trabajar en la casa de los Fefer el mismo día del asesinato. “Después de que me llamaron a declarar a la Dinincri, Eva me preguntó si a mi también me habían calateado. A ella se lo hicieron porque querían ver si tenía arañones o algo así. Cuando declaré, mi primo que es abogado me ayudó. Eva me pidió su número y lo llamó para preguntarle sobre mi declaración y dijo que estaba interesada en saber sobre el proceso”.
15 de agosto del 2006; 6:30 am. Simón Huarcaya, mayordomo de la familia entra a la habitación. Sylvia Myriam Fefer Salleres se encuentra tendida en posición de cubito dorsal en el piso de su cuarto. Myriam tiene 51 años, las uñas pintadas de rojo y el polo manchado de sangre. Myriam ha sido ahorcada en la madrugada con un cable de computadora. Labios amoratados, restos de sangre en sus uñas destrozadas. El personaje que depósito su ADN en ellas sigue sin ser confirmado, a pesar de las pruebas que apuntan al culpable.
Hugo Trujillo Ospina ingresó en agosto del 2006 al país utilizando el nombre de su hermano, David. El delincuente que cumple prisión en Salta, Argentina, se ufanó frente a sus compañeros carcelarios, el haber asesinado por encargo a una multimillonaria peruana. Según se afirma en el reportaje de febrero del presente año del programa “Cuarto Poder”, primero la policía pensó que se trataba de un “rata”, pero luego la suegra de Trujillo le contó a la policía la misma historia que el “presioso” y dijo además que la mujer asesinada se apellidaría Fefer y que la asesina intelectual habría sido la hija de la víctima, Eva. La mujer afirmó poseer los mails que se mandaban Trujillo y Bracamonte Fefer. La puerta de la casa no fue forzada, por lo tanto, según la policía, Myriam le abrió la puerta al asesino porque lo conocía o talvez uno de los ocupantes del inmueble lo hizo. Talvez fue Eva, talvez fue Ariel, talvez fueron los dos. Igual los perros no ladraron.
El móvil del crimen sería, según la prensa, una suculenta herencia del padre de Myriam, Enrique Fefer. La herencia ascendía a 2 millones 678,000 soles Y estaba conformada por algunos inmuebles, la casa de Paul Harris y las empresas inmobiliarias Sideral y Cosmos. Los cinco hijos de Enrique Fefer (incluida Myriam) estaban en disputa por la sangrienta herencia. A ellos les correspondía dos tercios de esta. El tercio de libre disponibilidad había sido puesto en manos de la hija predilecta de don Enrique, Myriam, pero luego este decidió quitárselo y ponerlo en nombre de su nieta, Eva. La prensa dice que este sospechaba que Myriam en combinación con su madre habían querido asesinarlo. Estaba acordado que luego de cumplir los 18 años, Eva le devolvería a su madre el porcentaje que tenía de la herencia. Myriam murió un día antes de la fecha en la que (según lo acordado) Eva trasferiría este dinero de nuevo a su madre.
Eva la del nombre bíblico, la que robo la manzana, la que en este caso pudo haber matado por ella. Eva es según la policía y la prensa, la principal sospechosa. Pero ¿Dónde queda Ariel en esta historia? Ariel Bracamonte Fefer fue echado de su casa por su hermana poco tiempo después de la muerte de Myriam. Según una fuente, Ariel adoraba a su madre. Según sus declaraciones a Cuarto Poder, él dice ya no confiar ni en su hermana ni en nadie y deja entrever que cree que ella es la culpable. Ariel se parece a su hermana. A ambos les cambio la vida luego de la muerte de su madre, ambos declararon a la prensa luego de que falleció, ambos son (según su entorno afirma) homosexuales, ninguno de ellos dice haber escuchado los gritos de su madre al ser asesinada. Ariel podría haber apoyado a su hermana en el crimen y luego haber ser echado por ella cuando no le servía en sus planes.
Con los últimos indicios (aunque no tan últimos ya que fueron publicados por la prensa en febrero de este año) varios nombres se han desdibujado de la lista de posibles implicados. Entre ellos estaban los cuatro medios hermanos de Myriam, cuyo móvil sería la disputa por la manzana de la discordia que luego se llevó y se comió Eva, quien sigue viviendo en su Edén. Otro sospechosos era Pinkas Flint, el abogado y supuesto blanco del amor obsesivo de la difunta ya que en su amplio walking closset se encontró un altar con objetos de hechicería y la foto del susodicho. El padre de Eva y Ariel y uno que otro amante ocasional de la Fefer también han perdido protagonismo en la lista de los presuntos asesinos.
La policía peruana afirma que siempre se sospechó de la joven. Pero la policia tardó bastante en actuar. “Todo funciona o deja de funcionar por la plata”, afirma un serenazgo de la zona. En la Paul Harris todos dicen no saber nada del tema, mientras desvían sus miradas con ojos asustados. El hombre que custodia la calle desde una caseta niega saber que en esa casa hubo un asesinato. Eva sigue libre hablando desde su intercomunicador a quien le pregunte del caso, sin negar nada, sin aceptar nada. Eva sigue sin ser procesada, las pruebas de ADN de Trujillo Ospina que confirmarían que el fue el asesino siguen sin llegar. Perros ansiosos, perros ambiciosos que tal vez mataron por herencias, por pagos, por envidias, que se metieron con los de su mismo sexo. Perros que tal vez mordieron a los suyos, perros que ocultan, que callan, que mienten. Perros a los que aún hoy no se les escucha ladrar.
Todo indica que el asesinato de la empresaria Myriam
Fefer Salleres, de 50 años, es uno de los más misteriosos de los últimos años.
Cuarenta y cuatro días después de que su cuerpo fuera encontrado estrangulado
en su residencia de San Isidro, aún no es identificado el asesino material,
pero pistas hay y muchas. No era cuestión de mirar muy lejos. La Policía
corroboró que Fefer Salleres tenía tantos enemigos como amigos, incluso en su
propia familia. Un día después del crimen dos misteriosos amigos de los hijos
herederos llegaron con sus valijas a la casa de San Isidro, lo que ha
despertado la sospecha de los agentes. ¿Guarda esto alguna relación con el
homicidio? Quizá. En todo caso, la única certeza que se tiene es que la víctima
conocía a su asesino. Aunque más de uno deseaba su muerte.
El
curtido policía se apoltrona en su destartalado sillón de cuero y prende un
cigarrillo. Son aproximadamente las seis de la tarde y, a esta hora, la
División de Homicidios luce particularmente lúgubre y desolada. –¿Quieres ver
unas fotos?–, pregunta con voz aguardentosa, quebrando el silencio de la
oficina. No espera la respuesta. De una gaveta de su escritorio saca un sobre
manila en el que se lee “Caso Fefer” y, en un acto mecánico, extrae una por una
las 80 imágenes a color de la escena del crimen.
Un cuerpo
ensangrentado golpea la vista en la primera fotografía. El cadáver de Myriam
Fefer Salleres aparece sobre el piso de su propio dormitorio, a un lado de la
cama. Su pijama está cubierto de sangre, pero eso no es lo que impresiona. Dos
surcos grises (de 34 x 0.4 centímetros) recorren su cuello producto del
estrangulamiento con un cable de la computadora.
Sus uñas
aún pintadas de rojo están quebradas porque se aferró, se aferró a la vida. El
desorden del dormitorio, perennizado en esta serie de fotos nunca antes
mostrada a la prensa, confirma que ella, una mujer fuerte y explosiva, luchó
con su asesino en medio de la oscuridad y el pavor.
Una
herida en el muslo, moretones en los brazos y sangre salpicada en las sábanas
blancas completan el cuadro macabro. Los agentes de Homicidios han repasado
estas imágenes una y otra vez desde el crimen, la madrugada del pasado 15 de
agosto, y siempre arriban a una certeza perturbadora.
–Ella
conocía a su asesino -, dictamina el agente soltando una bocanada de humo. El
homicida, está claro, no forzó la puerta para ingresar a la residencia de Paul
Harris, en San Isidro. Cruzó el jardín sin alertar a los perros e ingresó como
un alma en pena al dormitorio de la empresaria. Sin mayor aspaviento. Si
hubiese sido un criminal contratado (o experto), apunta el investigador, habría
llevado consigo su propia arma homicida.
Aún así,
los policías creyeron inicialmente que sería difícil hallar a algún sospechoso
de su círculo íntimo que pudiese haberla odiado lo suficiente como para
matarla. Con los días quedaría claro que estaban equivocados.
Habla el Esposo
–Pienso
que puede haber sido alguien allegado a la casa. Alguien que durmió a los
chicos, a los perros y a Simón, el mayordomo. Es extraño que ninguno de los
perros ladrara. Además, Simón dormía en el segundo piso.
Lo dice
Marcos Bracamonte, empresario trujillano y ex esposo de Myriam Fefer. Es la
primera vez que decide contar sus sospechas a la prensa.
–No creo
en la versión de que haya sido un amante, tal y como llegó a pensar la Policía
(CARETAS 1940)–, insiste Bracamonte. Ella era coqueta, pero si hubiese tenido
un encuentro romántico, no habría estado vestida con la ropa de cama que usaba
siempre. Se hubiese arreglado.
Myriam
Fefer, en efecto, era una mujer conocida por buscar la perfección. Su maquillaje
debía estar siempre impecable, el atuendo provocativo, las uñas acicaladas y el
perfume embriagante. Sólo algunas personas sabían de su operación de aumento de
busto y aplanamiento de abdomen. Su vanidad era sólo comparable a su
temperamento explosivo.
La
Policía, en todo caso, es más cautelosa y no ha quitado de la mira a los amigos
íntimos de la empresaria. Uno de ellos es Fernando Gordillo, un funcionario de
la Municipalidad del Callao que habría sido el último en mantener un romance
con la víctima, de acuerdo a versiones policiales.
Bracamonte,
por cierto, tampoco da crédito a las sospechas que se ciernen sobre sus hijos
ABF y Eva, de 17 y 18 años, respectivamente.
–Para mi
es inconcebible pensar que ellos hayan tenido algo que ver con la muerte de su
madre porque los tres eran muy unidos. Les gritaba y discutían mucho, pero al
minuto ya estaban abrazándose otra vez.
Al equipo
de Homicidios, sin embargo, le llamó la atención un hecho particular ocurrido
un día después del asesinato: mientras la comunidad judía se reunía para
sepultar a la empresaria, dos visitantes llegaron a la residencia de Paul
Harris: Julio Moscol y Lily Castro Mannarelli.
Ambos, de
31 y 21 años respectivamente, son amigos de los hijos de Myriam Fefer. Lo
curioso es que arribaron con unas valijas, como si pretendiesen quedarse a
vivir allí ahora que la madre ya no está. Poco después una reunión en la casa
extrañó a los vecinos: se escuchaban risas y bromas.
Marcos
Bracamonte dijo a CARETAS que discutió con sus hijos por la presencia de los
inesperados huéspedes, pero ellos insistieron en que sus amigos se quedarían
allí por un tiempo. El padre tuvo que marcharse de la casa.
No fue el
único en irse. Allegados a Myriam Fefer también se alejarían poco a poco.
“Demasiadas cosas raras están pasando en ese lugar. No me gusta lo que está
sucediendo allí”, sostuvo una amiga de la familia.
Con el
correr de los días, Moscol y Castro Manarelli serían vistos disponiendo de las
propiedades de los Fefer. “Esa chica, incluso, maneja el Mercedes Benz que
perteneció a Enrique Fefer, padre de Myriam”, contó a esta revista una persona
que acudió a la casa de San Isidro, la semana pasada.
Interrogado
por la Policía, Julio Moscol dijo ser profesor de teatro y añadió que era
sobrino de la actriz Denisse Moscol y amigo de Coco Marusix, además de trabajar
en un programa de Frecuencia Latina.
Pero los
agentes de Homicidios descubrieron que mentía. Moscol, quien se hace llamar
‘Giulius’, labora en el exclusivo bar gay Noxiz de la cuadra 1 de Manuel
Bonilla, en Miraflores. Dicen que lee el tarot y que es conocido por su
presunta inclinación a las conquistas rentables y al dinero fácil. Esta semana,
dijo una fuente policial, volverá a ser interrogado y se le someterá también a
una prueba psicológica para determinar su perfil.
Es
probable, según la Policía, que Moscol haya conocido a ABF en ese local o en la
discoteca miraflorina Downtown, donde el hijo menor de la empresaria asesinada fue
visto el último sábado, día del Rosh Hashana o Año Nuevo judío.
Lily
Castro Mannarelli, por otro lado, es sobrina del prontuariado Luis Mannarelli
Rachitoff, ex miembro del llamado ‘Clan Calígula’, aquel grupo de chicos malos
dirigido por Fernando de Romaña, cuyo asesinato en 1992 aún persiste en el
misterio (CARETAS 1199). La muchacha también ha sido vista frecuentando las
oficinas de la Inmobiliaria Sideral, empresa que tras la muerte de Myriam ha
quedado en manos de su hija y heredera Eva Bracamonte.
El Testamento
–A ver,
nómbrame un sospechoso, le pidió el policía a ABF durante uno de sus
interrogatorios, la semana pasada. El muchacho no se tomó un segundo para
responder: Félix Fefer, dijo. Él odiaba a mi madre.
El
aludido es hermano del padre de Myriam, Enrique Fefer. Según su propio
sobrino-nieto, “siempre maltrató e hizo daño a mi madre”.
Myriam
Fefer y su tío andaban enfrascados en una pugna por acceder a una cuenta
bancaria de Enrique Fefer en los EE. UU. Quien manejó la cuenta por años era
Marco Fefer, otro tío de Myriam, pero el padre de la empresaria la nombró única
beneficiaria, aunque la alegría le duraría poco.
En 1999,
y convencido por sus hermanos, Enrique Fefer denunció a su esposa Clorinda
Salleres y a su hija Myriam de intento de asesinato.
Enrique
Fefer Rotstain, nacido en 1924 en Ostrowiec, Polonia, era un hombre robusto,
fuerte e impetuoso, pero tenía una debilidad: una avanzada diabetes, lo que lo
obligaba a cuidar su alimentación al milímetro.
Según la
denuncia policial, ambas habrían intentado matarlo inyectándole un líquido
azucarado para provocarle un coma diabético. El caso fue llevado a los
tribunales, pero el padre ya había decidido tomar medidas preventivas: el 30 de
mayo del 2002, modificó su testamento, escrito y registrado dos años antes, y
desheredó a su hija Myriam.
En el
primer testamento –del 20 de mayo de 1998– Fefer había dispuesto que su
fortuna, avaluada en US$ 2’678,556.83, se dividiera en tres. Dos tercios serían
repartidos entre sus cinco hijos, mientras que el otro tercio (US$ 892.852.27),
se dividiría entre sus hijas Sonia Fefer Herrera y Myrian Fefer Salleres. A
esta última le dejaba también la residencia de Paul Harris.
Pero en
su modificación despojó a Sonia y Myriam del tercio de su fortuna y se lo entregó
a su nieta Eva Bracamonte (18). También le obsequió la casa de San Isidro con
una condición: que le permita vivir allí a su madre.
Enrique
Fefer, mientras tanto, no cejó en su intento por llevar a su esposa e hija a la
cárcel. En noviembre del 2003 estuvo a punto de lograrlo, pero enfermó y murió.
Sus hermanos sostienen que Myriam lo habría asesinado.
–Myriam
tenía muchos y cercanos enemigos–, dijo a la Policía el abogado Pinkas Flint
Blanck. Era debido a su carácter, a su ambición.
El nombre
de Flint Banck saltó a la prensa, cuando la Policía encontró en el dormitorio
de la víctima una suerte de altar con velas, santería y fotografías recortadas,
entre las que figuraba la del reconocido letrado.
Ambos
eran viejos conocidos. Estudiaron juntos en el colegio judío León Pinelo,
promoción 71. Pero era, en sí, una antigua relación familiar, añade Pinkas. No
sólo eso: Enrique Fefer, en su testamento, nombró como albacea a Jacobo Flint
Gross padre.
Tras la
muerte de Fefer, el testamento pasó a manos de Pinkas. El romance entre la
empresaria y el abogado, dicen allegados, prendió como el fuego, aunque se dice
que en junio el propio Pinkas decidió apagarlo. Fue un duro golpe para Myriam
Fefer del que no se habría recuperado nunca.
Homicidios
aún aguarda los resultados del ADN recogido en las marcas del cuello de la
empresaria, así como el reporte de su teléfono celular que, inexplicablemente,
aún no llegan. Esto permitiría que las piezas calcen.
Brujería,
amor, poder, odio. No deberían mezclarse, pero cuando lo hacen casi siempre
acarrean consecuencias trágicas. La muerte rondaba en la residencia de los
Fefer y no tardaría en mostrar su rostro decrépito. Amigos de la familia
recuerdan que, poco antes de morir, Myriam andaba feliz porque había ideado un
plan para recuperar su fortuna. Era cuestión de tiempo. Fue entonces cuando la
estrangularon. (Américo Zambrano,
Patricia Caycho).
II. CRONOLOGÍA DEL CASO:
2.1.(15/8/2006).- La empresaria Myriam Fefer
es estrangulada en su casa. En aquella época Marco Antonio Bracamonte, padre de
Ariel y Eva, señaló que su hija estaría involucrada en el crimen y que Liliana
Castro se benefició con la muerte.
2.2.(Enero 2009).- La Policía
argentina revela a la prensa que el colombiano Alejandro Trujillo Ospina
–condenado por extorsión– confesó ser autor del asesinato de la empresaria
peruana.
2.3.(Julio 2009).- La PNP analiza y confirma
que la sangre hallada en la escena del crimen correspondía al colombiano.
2.4.(9/9/2009).- Eva Bracamonte
Fefer y Liliana
Castro Mannarelli se entregan a la justicia luego de ordenarse su
captura. Horas más tarde son
trasladadas al penal anexo de Máxima Seguridad de Chorrillos.
2.5.(13/10/2009).- La jueza Lorena
Alessi Janssen solicita la detención preventiva de Alejandro o Alejandro
Trujillo Ospina, presunto asesino de Fefer Salleres.
2.6.(27/4/2010).- El sicario
colombiano Alejandro Trujillo Ospina llega a Lima extraditado desde Argentina.
Horas después es recluido en el penal Miguel Castro Castro, de Canto Grande.
2.7.(28/1/2011).- Alejandro
Trujillo Ospina declara ante el titular del Juzgado Penal 50 de Lima que nadie
lo contrató para asesinar a la empresaria Myriam Fefer y que lo ocurrido fue un
accidente cuando ingresó a su vivienda para robar. Negó conocer a los hermanos
Bracamonte y a Liliana Castro.
2.8.(13/12/2011).-Una pena de 35
años de prisión y una reparación civil solidaria de 900 mil soles es lo que
exige la Octava Fiscalía Superior de Lima para Eva Bracamonte Fefer y Liliana
Castro Mannarelli. Similar cantidad de años se pide para el sicario colombiano,
Alejandro Trujillo Ospina, este último también deberá pagar la reparación civil
solicitada.
2.9.(16/5/2012).- La Segunda Sala
Penal para procesos con Reos en Cárcel ordenó que se sometan a una prueba
técnica nuevos indicios que salieron a la luz, que incluían audios y
conversaciones entre las acusadas y sus abogados.
2.10.(22/5/2012).- Luis Lamas Puccio
confirmó que sus defendidas no se acogerían a una sentencia anticipada. “Son
absolutamente inocentes”, indicó.
2.11.(24/5/2012).- La Sala Penal
rechazó otorgarle el beneficio de confesión anticipada a Alejandro Trujillo
Ospina por las contradicciones en las que cayó durante el proceso.
2.12.(6/6/2012).- La Segunda Sala
Penal para Reos en Cárcel ratificó que no incluirá los ocho sobres lacrados en
el juicio por considerar que vulneran el principio al debido proceso y a la
legítima defensa.
2.13.(22/8/2012).- Eva Bracamonte
desistió en su pedido de confrontar durante una audiencia a su hermano, Ariel
Bracamonte. Lamas Puccio justificó la decisión explicando que lo consideraban
innecesario y una experiencia “nada
agradable”, mientras que Ariel aseguró que su hermana se arrepintió por
temor.
2.14.(29/8/2012).- Una auditoría a
la empresa de Myriam Fefer determinó que no hubo un desbalance y no pudo
probarse algún pago al asesino Trujillo Ospina.
2.15.(11/9/2012).- Eva Bracamonte y
Liliana Castro salieron
del Penal de Mujeres por exceso de carcelería. Estuvieron
detenidas durante 36 meses sin sentencia, por lo que cambiaron al régimen de
arresto domiciliario en casas diferentes.
2.16.(21/9/2012).- Fiscalía ratificó
el pedido de 35 años de prisión para Eva Bracamonte y Liliana Castro, así como
para Alejandro Trujillo Ospina, quien también debería pagar una reparación
civil de S/.900 mil.
2.17.(5/10/2012).- Eva Bracamonte y
Alejandro Trujillo Ospina presentaron sus últimos alegatos de defensa en el
penal de Lurigancho.
2.18.(12/10/2012).- Eva Bracamonte
Fefer sufrió un
desmayo y posterior convulsión durante la
diligencia en que se leía la lectura de su sentencia así como las de Liliana
Castro y del sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina. La audiencia fue
reprogramada para el lunes 15 de octubre.
2.19.(15/10/2012).- La Segunda Sala
Penal para Reos en Cárcel condenó a
30 años de prisión efectiva a Eva Bracamonte Fefer
al ser considerada autora intelectual del asesinato de su madre, Myriam Fefer.
Liliana Castro fue absuelta y el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina
recibió 35 años de cárcel. La defensa de Bracamonte anunció que presentará un
recurso de nulidad a la pena.
2.20.(19/10/2012).- Liliana Castro
sostuvo que “se forzaron las pruebas”
para sentenciar a Eva Bracamonte. “Creo que si alguien lee la sentencia se dará
cuenta que fue establecida en base a supuestos, al debió, al podría, por ese
tipo de cosas no es justo que la sentencien a 30 años”, agregó.
2.21.(29/04/2013).- La jueza Nancy
Carmen Choquehuanca, quien investigó en el 2007 el asesinato de la empresaria
Myriam Fefer, habría recibido un soborno de Ariel Bracamonte para incriminar a
su hermana Eva en el crimen.
2.22(10/07/2013).- Eva Bracamonte
solicitó a los magistrados de la Corte Suprema
que crean en su palabra cuando señala no estar involucrada en el crimen ocurrido
hace siete años. Estos jueces actualmente evalúan si ratifican o no la
sentencia que la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel impuso a Bracamonte en
octubre del año pasado.
2.23.(22/07/2013).- El Poder Judicial
confirmó mediante un comunicado que la Sala Penal Permanente de la Corte
Suprema declaró nula la sentencia de 30 años de cárcel a Eva Bracamonte, que en
octubre le impuso la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel por el asesinato de
su madre, Myriam Fefer.
2.24.(22/07/2013).- Luis Lamas Puccio,
uno de los abogados de la joven, refirió que se necesitan cuatro votos para que
haya una resolución definitiva a nivel de la Corte Suprema. Por ello será
necesario que otro juez supremo dicte el eventual voto dirimente. “En cuanto a
la nulidad del proceso, faltaría un cuarto voto. Si eso ocurre, debe realizarse
un nuevo juicio”, puntualizó.
2.25.(22/07/2013).- El presidente de
la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein,
afirmó que su voto en la decisión que ese despacho tomó sobre la condena
impuesta a Eva Bracamonte (30 años), fue por la absolución de la acusada.
2.26.(27/09/2013).- Eva Bracamonte saldrá en
libertad e irá a nuevo juicio. Juez dirimente
votó a favor de la anulación del proceso que se le sigue por el crimen de Myriam
Fefer. Nuevo proceso lo afrontaría con orden de comparecencia.
2.27.(27/09/2013).- El Presidente de la Sala Penal Permanente, Javier
Villa Stein, ordenó la excarcelación de Eva Bracamonte.
2.28.(28/07/2013).- Eva Bracamonte abandonó el Penal de
Mujeres de Chorrillos en medio de gran expectativa. La joven llegó a su casa
ubicada en San Isidro, en donde fue asesinada su madre Myriam Fefer. No brindó
declaraciones
III.ANÁLISIS DEL CASO:
3.1. ARGUMENTO 1: Lo que motivo el asesinato fue sustraer dinero y joyas.
3.2. ARGUMENTO 2: La secretaria Eugenia Sessarego
fue cómplice en el
Asesinato de
Luis Banchero.
3.3. ARGUMENTO 3: Los nazi tuvieron que ver con el
asesinato pues también
estaban
dentro del rubro pesquero
IV.CONCLUSIONES:
4.1.
Luis Banchero Rossi fue asesinado por
Juan Vilca Carranza quien era hijo de su
jardinero y que se sentía discriminado y menospreciado por su apariencia física
4.2.
Llego a ser un magnate en nuestro país y se perfilaba para ser el próximo
presidente de la república , estaba en contra
de las expropiaciones que hacia Velasco
en ese entonces sobre todo cuando se quería privatizar la industria pesquera y
es por eso que en un determinado momento se pudo hablar de que su asesinato se
debió a temas políticos y queda mas que claro que el mas grande de los éxitos
genera la mas grande de las envidias.
V.ANEXOS:
5.1.ANEXO 01:Los impicados en el asesinato de Myriam Fefer
5.2. ANEXO 02:
5.3. ANEXO 03:
5.4. ANEXO 04:
5.5. ANEXO 05:
5.6. ANEXO 06:
5.7. ANEXO 07:
5.8. ANEXO 08:
VI.BIBLIOGRAFIA:
6.1. blogspot.com/http://logicaeopnp2013.
6.2.
http://www.educacionenred.com/Noticia/examen-de-admision/?portada=11498
6.3. http://peru.com/noticias-de-myriam-fefer-10412
6.4. http://acaboelamor.blogspot.com/2009/09/myriam-fefer-cronica-de-un-asesinato.html
6.5. http://www.larepublica.pe/18-08-2009/ambicion-odio-y-muerte
6.6. http://www.rpp.com.pe/detalle.php?nid=205315
6.7. http://trome.pe/actualidad/1481681/noticia-fotos-lectura-sentencia-caso-myriam-fefer
6.8. http://elcomercio.pe/espectaculos/1302271/noticia-ariel-bracamonte-dinero-como-arma-que-usas-defenderte-matar
6.9. http://www.larepublica.pe/tag/myriam-fefer
6.10. http://elcomercio.pe/actualidad/1636706/noticia-eva-bracamonte-libre-caso-fefer-linea-tiempo
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